Verdades indomables [1]
Como la Inmaculada Concepción, Nénette quiere un hijo sin hombre y sin relación sexual. No es la sexualidad sin procreación, pero la procreación fuera del sexo. Es el niño “ tomado […] como el Uno-solo [2]”, sin linaje, liberado de la naturaleza y con el placer de la ciencia. Es un querer gozar. Estamos en 1959, Jean Renoir realiza El Almuerzo sobre la hierba. Si la película trata sobre la inseminación artificial – el cineasta leerá las obras de Jean Roustand, investigador original en biología – , él cuestiona el declive del orden familiar y busca una salida del lado de la filiación.
Querer un niño fuera del sexo
Las primeras inseminaciones artificiales datan del 1790, pero la Iglesia condenó esa técnica que iba en contra de las leyes divinas [3]. Mientras que, en Francia, la ley de 1945 sobre la protección materna e infantil propuso que las PMI* pudieran “eventualmente proponer una consulta sobre la esterilidad conyugal [4]”, en los Estados Unidos los investigadores de la Universidad de Iowa desarrollan técnicas de conservación del esperma y la inseminación da como resultado el primer nacimiento a partir de esperma congelado en 1953. Amandine, el primer bebé probeta francés, nace en 1982. Cuarenta años después, la Procreación Medicalmente Asistida representa un nacimiento sobre treinta en Francia [5]. La ciencia se puso al servicio del deseo de un niño.
“La fabricación de los niños debe ser confiada a los especialistas” proclama el personaje que representa el eminente profesor. El padre-espermatozoide es el único objetivo. ¡Evaporado el padre [6] en los tubos de ensayo! Muchos años antes de la petición de una nueva ley sobre la procreación que permita a una mujer sola tener un niño a través de un banco de esperma [7], Jean Renoir cuestiona esa voluntad teñida de goce y pone en el centro el padre real.
Lo indomable de querer, la verdad del deseo
Para Nénette, querer un niño era un capricho. Cuando llega donde el profesor, ella le dice: “vengo para tener un pequeño” y precisa: “no estoy casada ni pronta para estarlo”. Ella ya le había explicado: “no quiero un hombre, son todos unos perezosos”. En la pantalla, tres hombres que perdieron su esplendor: el hermano bebe y es su mujer la que se ocupa de los niños y las viñas, el padre es un hombre corpulento sin autoridad, el pastor es un curandero con poderes dudosos, queda el profesor, a quién ella supone un saber sobre la procreación. Si el niño plus de goce se hace escuchar, el niño falo va poder acurrucarse en las hierbas altas.
Durante el almuerzo en la hierba, Étienne Alexis, el especialista de la inseminación artificial debe celebrar su compromiso con la condesa Marie-Charlotte, una alemana scout con maneras militares, pero se rinde a Nénette, mujer sensual con encantos campestres, en un momento de desencadenamiento de la naturaleza. Mientras que un viejo pastor toca flauta, como Dios Pan, Dios de la fecundidad, el Mistral se levanta y el encuentro de los cuerpos es guiado por los placeres de la piel. Después de la escena de sexo, Nénette pregunta: “quiero un pequeño así como usted los hace, dígame, ¿cuándo lo haremos?” Esta demanda inaugura el malentendido, indisociable del nacimiento [8]. Desconcertado el profesor responde: “Ah si, ¿la operación?” y se va. Ella se baña en el río y él descubre entonces su cuerpo desnudo disimulado por las altas hierbas. Con esas imágenes impresionistas Jean Renoir cita el pintor Manet, sobretodo la mujer desnuda en el segundo plano de Almuerzo en la hierba. Después el sabio la lleva a los matorrales y finalmente Nénette se desentiende de las biotecnologías recientes y el escenario fantasmático sigue su rumbo.
La filiación de Desayuno en la hierba
Es con ojos de niños mirando a su padre pintar, Auguste Renoir, que Jean vuelve a Collettes, la casa familiar. Los planos, como cuadros, ponen en imagen los placeres sensuales de la naturaleza, el jardín y los matices de verde, los olivos aplastados por el sol, sus follajes atravesados por reflejos de luz. Con esa película que pinta la sensualidad de la naturaleza, Jean rinde homenaje a Auguste [9]. Porque “confiado a la ciencia, el real de la reproducción se encuentra separado de lo simbólico de la filiación [10]” entonces él encuentra la solución mostrando el Nombre-del-Padre. La filiación se enmarca en el titulo de la película. Del Almuerzo en la hierba – cuadro famoso – nace la pintura moderna. Presentada al mundo en 1863, ésta hace escándalo: en una escena de picnic, una mujer desnuda nos mira. Ella está sentada con dos dandis de traje. En el fondo, otra mujer con un vestido ligero está saliendo del agua. Las mujeres que posan marcaron al cineasta: su madre es un antiguo modelo de su padre, y su niñera, modelo favorito del padre, él dice que ella es una mezcla de simplicidad y picardía, ¡lo que no es sin evocar Nénette!.
Traducido por Carolina Aldana Nuñez
Revisión: Silvana Belmudes Nidegger
Fotografía: ©Vandenheuvel Jonathan
*PMI : Proteccion materno-infantil.
[1] Lacan J., El Seminario, libro 21, « Los incautos no yerran », clase del 9 de abril 1974, Paidós, Buenos Aires.
[2] Brousse M.-H., Mode de jouir au féminin, Navarin, 2020, p. 39, traducción de la traductora.
[3] Cahen F., « Éléments pour une histoire de la lutte contre la stérilité involontaire (Francia, 1920-1982) », Annales de démographie historique, no 126, febrero 2013, p. 210. consultable en línea, traducción de la traductora.
[4] Ministerio de la salud pública y de la población (1958), Documento del ministro sobre la Protección materna e infantil durante el periodo 1952-1956.
[5] Estudio demográfico en linea https://www.ined.fr
[6] Lacan J, « Note sur le père », La Cause du désir, no 89, marzo 2015, p. 8. Traducción de la traductora.
[7] En 2017, el Comité consultativo nacional de ética da una su asentimiento a la PMA para las mujeres solteras. El senado voto una enmienda excluyendo a las mujeres solteras. Articulo del le Monde, del 4 de abril 2021, consultable en linea. EL texto se volvera a presentar en la Asamblea nacional.
[8] Lacan J., « Le malentendu » (1980), Ornicar ?, no 22-23, 1981, p. 12.
[9] En 1962, él escribe su biografía, reeditada en 1981, bajo el título: Pierre-Auguste Renoir, mon père.
[10] Brousse M.-H., « Un néologisme d’actualité : la parentalité », La Cause freudienne, n°60, junio 2005, p. 121.